Excelente respuesta tuvo el concierto incluyente, organizado por un alumno de UDGVirtual
Las personas con discapacidad auditiva sí perciben el sonido, pero lo hacen de manera diferente. Tan sólo con la ayuda de un globo inflado pueden sentir las vibraciones de la música.
Si a eso se le agregan artistas que son expresivos con manos y rostro, además de un lenguaje de señas cantado, se tienen los ingredientes principales para que las personas con discapacidad auditiva disfruten de un concierto, con música de piano, baile y ópera, tal como lo demostró el maestro José Antonio Olivo Valencia, estudiante del doctorado en Gestión de la Cultura, de UDGVirtual.
La combinación de todos estos elementos, sumado al talento de los artistas participantes y la capacidad de gestión de Olivo Valencia –el productor–, constituyeron la base del éxito del “Concierto incluyente” que tuvo lugar en el auditorio de la Preparatoria 7, con lleno total, al acudir más de 300 personas.
Olivo Valencia contó con la cooperación del Director del plantel, doctor Ernesto Gerardo Castellanos Silva, quien facilitó el auditorio para el concierto, e incluso manifestó su interés por la realización de más conciertos incluyentes. Por lo menos, uno cada seis meses. “Quisiera que éste fuera el primero de muchos”, declaró el docente.
Siete meses de arduo trabajo
La organización del concierto requirió de alrededor de siete meses de trabajo intenso.
“El concierto se logró con cero presupuesto. Todo fue cuestión de tocar puertas para exponer mi idea. Tocaba una puerta, y si me decían que no querían apoyar con talento, con un piano, con su trabajo, yo tocaba la que seguía, hasta que logré mi propósito”, dijo Olivo Valencia.
Expresó que muchas veces suplicó ayuda porque era consciente de que no le podía fallar a su comunidad. “No se trata de mí, sino de una comunidad completa que necesita cabida en la sociedad. ¡Yo lo veo! ¡Lo vivo! He tenido amigos que están encerrados en sus casas porque no quieren que el mundo los vea, y mueren de tristeza. ¡Yo lo he vivido!”, subrayó.
“Sé que en el mundo literario lo ven como algo romántico, el Cuasimodo encerrado en un campanario; pero cuando lo ves en la realidad, es lo más cruel, y cuando alguien no te quiere permitir realizar un proyecto para las personas con discapacidad, en ese caso no me importa suplicar, porque no se trata de mí”, contó Olivo Valencia, a quien una lesión cerebral le provocó parálisis cerebral al nacer, además de atrofia muscular y epilepsia, enfermedades crónicas y permanentes.
Sus esfuerzos dieron los frutos deseados. “Concierto incluyente”, que contemplaba como público a personas con cualquier discapacidad y a quienes no las tienen, contó con la participación de 37 artistas, entre éstos la mezzosoprano Elizabeth Viayra, los pianistas Fernando de Lina y María Eugenia Cosío; la bailarina Martha Hickman; además del escenógrafo Charles Buguer. Sergio Ávila Torres fue el intérprete de lenguaje de señas.
El gusto del público no se hizo esperar. Exclamaciones de entusiasmo, movimientos corporales que reflejaban aprobación por el trabajo artístico, lágrimas y rostros sonrientes, fueron constantes durante todo el concierto.
Entre los asistentes se encontraba la licenciada en Gestión Cultural, Eneida Guadalupe Rendón Nieblas, responsable de Recursos Especializados en la Biblioteca de UDGVirtual, quien tiene una discapacidad visual.
“El concierto me encantó. Me pareció excelente idea sentir, con ayuda del globo, las vibraciones de la música: unas veces fuertes, otras suaves y los matices me emocionaron. Me alegré, relajé y sentí paz”.
Confesó que es la primera vez que asiste a un concierto incluyente, y expresó que volvería a repetir la experiencia, aunque pidió espacios artísticos para las personas con discapacidad. “De manera que quienes tocamos instrumentos como el piano, tengamos oportunidad de participar como concertistas”, declaró.
El origen de una idea
La idea de hacer un concierto incluyente surgió por el interés de Olivo Valencia de crear públicos culturales como parte de una investigación que realiza como estudiante del doctorado en Gestión de la Cultura, de UDGVirtual.
“Conozco a mi comunidad, y sé que las personas con discapacidad no somos tomados en cuenta en casi nada. Y en el arte y la cultura no se organizan eventos incluyentes a los que puedan ir”, expresó.
Está convencido de los beneficios de la música y el arte: “Sé que soy una persona con discapacidad, pero desde el fondo de mi corazón he de confesar que, cuando estoy en contacto con la música, siento que ésta desaparece”, señaló.
Su propósito es organizar más conciertos incluyentes de carácter gratuito para que sean accesibles para su comunidad.
Número de boletín: 257
Texto : Martha Eva Loera
Fotografía: Fernanda Velázquez