INTRODUCCIÓN

El propósito de este estudio fue validar y desarrollar un instrumento que evalúe las habilidades informativas de los usuarios de una biblioteca universitaria. Los resultados muestran que la estructura final del instrumento puede ser configurada en cinco dimensiones con un total de 28 ítems.

La información y el conocimiento son los elementos clave para el funcionamiento de un sistema universitario. Las acciones relacionadas con la información y el conocimiento, en cuanto a la gestión de contenidos, cantidad, calidad, actualidad, pertinencia, adquisición y comunicación, desempeñan un papel esencial en el mejoramiento de la calidad de la educación superior (Lai & Wei, 2013). Además, la capacitación y la formación continua de los usuarios constituyen una oportunidad para el desarrollo de habilidades en el manejo de los recursos.

En cierta medida, una universidad alfabetizada en información puede encontrarse en diferentes momentos. Al considerar el instrumento guía de Webber y Johnston (2000), la institución puede estar en fase embrionaria, estadio intermedio o en buen camino hacia la universidad alfabetizada en información. Estos autores señalan que uno de los objetivos primordiales en el desarrollo de las habilidades informativas es que los usuarios conozcan sus limitaciones y reconozcan las necesidades de información, y de este modo adquieran la capacidad de localizar, evaluar y utilizar eficazmente la información recuperada y requerida; la base para el aprendizaje de todo profesional se proyecta hacia la promoción de las aptitudes para el acceso y la gestión de la información obtenida.

Las personas alfabetizadas son aquellos usuarios que han recibido capacitación en el manejo profesional de la información, han aprendido a obtener conocimiento, saben cómo buscar, recuperar y crear información para el ámbito educativo; así como para las demás áreas de la vida. La alfabetización informacional no es simplemente una necesidad, sino un derecho humano básico y, en consecuencia, es necesario fomentar las habilidades informativas (Sturges y Gastinger, 2012).

Ante los nuevos retos, la función que ejerce la biblioteca en el oportuno uso de la información constituye la base para el aprendizaje continuo, denominado en el mundo académico como habilidades informativas, las cuales pueden ser evaluadas en todas las disciplinas del conocimiento en cualquier nivel educativo (Aslam, 2018). Aquí presentamos la validación de un instrumento en el contexto latinoamericano con el propósito de medir y evaluar las habilidades informativas en la gestión del conocimiento.

Habilidades informativas

Frente a la importancia de promover y propiciar el desarrollo de habilidades informativas de una manera global, algunos autores destacan, de forma significativa, las diversas iniciativas individuales e institucionales, entre las cuales podemos citar los blogs, las páginas web, los tutoriales y las publicaciones electrónicas. Estos esfuerzos han sido recompensados en el proceso de generación de nuevo conocimiento (Barbosa, Marciales y Castañeda, 2015; Díaz, 2012; Funes, 2017; García y Díaz, 2007; Goodall & Pattern, 2011).

Para Allison (2015), una persona competente en el acceso y uso de la información debe ser capaz de identificar la información que necesita, acceder a esta con eficacia y eficiencia, evaluar de manera crítica la información y sus fuentes, así como determinar el alcance de la información requerida. Para Fujii (2007), el desarrollo de habilidades informativas es un conjunto de acciones para usar reflexivamente y con la intención de disponer de la información recuperada. Estas acciones comprenden los procesos de búsqueda, obtención, evaluación, uso y comunicación de la información mediante distintos medios y formatos.

Revisión de la literatura

Díaz (2012) afirma que el tema de las habilidades emana de las instituciones educativas a partir de hechos imprescindibles: lograr en los estudiantes los conocimientos, habilidades y actitudes necesarias que exige la sociedad. Por tal motivo, las instituciones educativas deben preparar a los estudiantes para enfrentar la realidad actual, en la que se ha hecho necesario desarrollar destrezas para manejar recursos de información con mayor eficiencia.

Es responsabilidad de las instituciones educativas, y en particular de su biblioteca, la implementación de programas para el desarrollo de las habilidades informativas que requieren sus usuarios, las cuales constituyen parte de las destrezas necesarias para manejar recursos de información. Bundy (2003) destaca que, necesariamente, las habilidades informativas se demuestran en un contexto y dentro de un dominio de contenidos.

Para Obasuyi y Fredrick (2015), la implementación de programas para el desarrollo de habilidades informativas exige prácticas planificadas, fundamentadas en hechos y teorías que recojan actividades sistemáticas y secuenciales. De acuerdo con Lau y Cortés (2009), es responsabilidad de los bibliotecarios contribuir al proceso educativo de los estudiantes a fin de mejorar o fomentar las habilidades y los conocimientos para llevarlos a un nivel de autoaprendizaje. De esta forma, las habilidades informativas se convierten en un factor clave para incrementar la eficacia del proceso de enseñanza-aprendizaje. Por esta razón, las instituciones educativas deben asumir su compromiso y no ignorar la promoción de estas competencias entre todos los usuarios (Marzal 2011).

Hernández (2013), Juznic y Urbanija (2003), Naranjo (2005) y Pirela y Cortés (2014) presentan las pautas de alfabetización y desarrollo de habilidades como principios que enmarcan las normas básicas que subyacen a la adquisición, comprensión y aplicación de la alfabetización informacional por un individuo.

Clavero, Codina y Pérez (2010) sostienen que las universidades y otras instituciones educativas tienen gran responsabilidad en fomentar las habilidades informativas en los usuarios. En virtud de esto se han especificado normas, criterios y métodos para llevar un orden y lograr un mayor alcance en la formación de estas competencias.

La falta de habilidades informativas puede provocar que los usuarios, abrumados por la cantidad de información, se pierdan en esta cuando realicen alguna búsqueda. Esta falta también puede delimitar la capacidad de los usuarios para afrontar situaciones nuevas en los procesos de selección de fuentes confiables y saber utilizarlas de manera adecuada. Bruce (2003) señala que la alfabetización en información debe incluir una experiencia completa con diferentes dimensiones en el manejo de la información. Es cierto que los usuarios son responsables en gran parte de su propia formación y aprendizaje a lo largo de su vida en sus áreas de interés, tanto personales como profesionales, pero la responsabilidad del profesional de la información y de la biblioteca es el fundamento esencial para establecer la plataforma inicial en la formación. Es necesario enseñarles a navegar en la red y otras fuentes especializadas para que aprendan estrategias de recuperación puntuales (García y Díaz, 2007).

El propósito de este estudio es validar un instrumento que estima las habilidades informativas de los individuos para el mejoramiento de la calidad en la educación superior en un contexto latinoamericano.

Aproximación inicial al instrumento de habilidades informativas

En este artículo se propone y valida un instrumento que pretende identificar el nivel de habilidades informativas de una determinada población de estudio. De acuerdo con algunos investigadores (Barbosa 2010), las habilidades informativas son las siguientes: reconocer una necesidad de información, determinar el alcance de la información requerida, acceder a esta con eficacia y eficiencia, analizar y evaluar la información y sus fuentes, incorporar la información seleccionada a su propia base de conocimientos, y utilizar la información de manera eficaz y respetar su autoría.

El constructo propuesto en esta investigación consta de cinco dimensiones:

  • Necesidad de información: el usuario es capaz de reconocer la necesidad de información y determinar su naturaleza.

  • Búsqueda y recuperación de información: el usuario es capaz de acceder a esta con eficacia y eficiencia al utilizar herramientas o métodos para obtenerla.

  • Evaluación de fuentes: el usuario es capaz de evaluar la información y sus fuentes de manera crítica, y sabe incorporar a su propia base de conocimientos la información seleccionada.

  • Organización: el usuario es capaz de utilizar la información eficazmente para cumplir un propósito específico.

  • Uso de la información: el usuario es capaz de utilizar la información con sensibilidad, y reconocer los problemas y los aspectos culturales, éticos, legales y sociales que implica su uso.

METODOLOGÍA PARA LA ELABORACIÓN DEL INSTRUMENTO

Un instrumento representa una variable dentro de un estudio. En el nuestro, las habilidades informativas constituyeron la variable. Boh (2016) considera que existen variantes en el uso del concepto en diferentes países, las cuales suelen utilizarse de manera indistinta. Entre estos conceptos, podemos mencionar alfabetización informacional, alfabetización informativa, alfabetización en información, habilidades informativas, competencias informacionales, competencias informativas y competencias en información.

En este estudio, se entienden las habilidades informativas como el proceso de desarrollar mayores capacidades mediáticas para filtrar y valorar la información que el usuario recibe a través de múltiples canales, y producir, a su vez, un crecimiento en las destrezas, capacidades o competencias en información con la intención de formar personas alfabetizadas en su uso (Lau y Cortés, 2009; Cuesta 2014; Kurbanoglu, Akkoyunlu & Umay, 2006; Ferrer, 2012).

El instrumento se aplicó como prueba piloto a una población conformada de la siguiente manera: alumnos de la modalidad virtual, pregrado 12%, posgrado 17% y docentes 13%; y alumnos presenciales, pregrado 21%, posgrado 33% y docentes externos 4%. Se utilizó la técnica de muestreo no probabilístico por conveniencia debido que los sujetos fueron seleccionados por su facilidad para el reclutamiento y el investigador no consideró las características de inclusión que los hace representativos de toda la población.

La elaboración de este instrumento se sujetó al siguiente proceso:

  • En primera instancia, construimos el marco teórico mediante el análisis y la revisión de diferentes estudios que abordan el tema, así como sus variantes y los indicadores de medición.

  • Establecimos una definición conceptual de la variable de estudio acorde con la literatura.

  • Al analizar la variable, se eligió los indicadores o criterios para cada una de las dimensiones a estudiar.

  • Se plantearon y redactaron 36 ítems, los cuales fueron analizados por expertos en el área con especialidad en ciencias de la información. A partir de este análisis y evaluación, se eliminaron ocho ítems y, a la vez, se hicieron ajustes de redacción en otros diez. Se afinaron la estructura y la claridad de las declaraciones para que los participantes tuvieran mejor comprensión. El instrumento quedó conformado por 28 ítems.

  • La claridad y pertinencia fueron evaluadas por siete expertos con formación académica en la especialidad de ciencias de la información y vasta experiencia profesional en la gestión bibliotecaria; se utilizó una escala tipo Likert de cinco niveles: nunca, impertinente (1), pocas veces, impertinente (2), ocasionalmente (3), casi siempre, pertinente (4), y siempre, pertinente (5). Se obtuvo una puntuación en la claridad muy buena (M = 4.55). La pertinencia considerada por los expertos también resultó muy buena (M = 4.75).

  • Administramos una prueba piloto (n = 101) con estudiantes de diferentes carreras, docentes de otras universidades y personal de algunas bibliotecas de México para comprobar si los indicadores eran claros y podían ser comprendidos.

  • Se corroboraron técnicas estadísticas para determinar la validez (análisis de factores) y confiabilidad (alfa de Cronbach) del instrumento.

RESULTADOS: VALIDACIÓN DEL CONSTRUCTO

En el proceso de validación del constructo, se utilizó la información recaudada en la muestra piloto (n = 101), se contó con la participación de estudiantes en la modalidad virtual (UMVirtual) y alumnos del último semestre de diferentes carreras de una universidad del noreste de México, docentes de otras universidades y personal de algunas bibliotecas de México.

Posteriormente, se corroboró la validez del instrumento mediante la técnica de análisis factorial, que se configuró con el método de extracción de componentes principales con un enfoque exploratorio para un número fijo de valores y rotación varimax para determinar si eran pertinentes las cinco dimensiones propuestas. Los resultados fueron los siguientes:

  • Adecuación muestral y esfericidad de Barlett. El conjunto de datos utilizados con esta técnica arrojó como resultado (KMO = .906, χ2 = 1959.102, gl = 378, p = .000) que fue pertinente para realizar el análisis factorial. De acuerdo con Pérez (2004), se consideró buena la adecuación de la muestra al modelo de factores analizados.

  • Varianza total explicada. Como parte del análisis factorial, con el método de extracción por componentes principales, se llevó a cabo un análisis confirmatorio con cinco factores, que resultó en una varianza total explicada (σ2= 67.601%) muy buena.

  • Comunalidad. Denominamos comunalidad a la proporción de la varianza explicada por los factores comunes en una variable. La comunalidad es la suma de los pesos factoriales al cuadrado en cada una de las filas. De esta forma, los valores de comunalidad (Com min = .504, Com máx = .755) son superiores al criterio de extracción (Com = .300). Por lo tanto, se determina que los 28 indicadores del cuestionario cumplen con la exigencia de comunalidad.

Por medio del análisis factorial confirmatorio, la versión final del instrumento quedó compuesta, con sus respectivas cargas factoriales, como se presenta en la tabla 1.

Tabla 1 Cargas factoriales por ítems
Ítem Componente
1 2 3 4 5
NEIN07 7. Soy capaz de identificar la información que necesito .749
NEIN09 9. Tengo claro el objetivo cuando realizo una búsqueda .745
NEIN05 5. Puedo consultar y usar fuentes electrónicas de información .696 .311
NEIN06 6. Sé discriminar entre los tipos de fuentes de información .680 .396
NEIN12 12. Sé Identificar las ideas principales de los documentos .672 .424
NEIN13 13. Puedo evaluar la calidad de los recursos de información .659 .364 .333
NEIN08 8. Sé utilizar fuentes de información impresa en el proceso de investigación (por ejemplo, los libros) .591 .467
NEIN03 3. Puedo definir el nivel de profundidad del contenido que deseo obtener .558 .390 .393
NEIN15 15. Puedo resumir y esquematizar la información .500 .356 .430
BRIN27 27. Conozco y aplico la legislación sobre el uso de la información y de la propiedad intelectual .745 .301
BRIN10 10. Conozco la tipología de las fuentes de información científica (por ejemplo, tesis doctorales y actas de congresos) .360 .684
BRIN04 4. Sé cómo acceder y usar los catálogos automatizados .614 .408
BRIN16 16. Sé utilizar gestores de referencias bibliográficas (por ejemplo, Zotero, RefWorks, Citavi o Mendeley) .597 .363 .378
BRIN17 17. Soy capaz de determinar si la información que contiene un recurso está actualizada .332 .560 .473
BRIN01 1. Conozco la terminología del área de conocimiento en la que realizo la búsqueda de información .464 .556
BRIN11 11. Conozco los autores o instituciones más relevantes en el ámbito del tema que investigo .499 .367
USIC24 24. Sé difundir apropiadamente la información en internet (por ejemplo, web, blogs o congresos) .317 .770
USIC23 23. Sé hacer presentaciones académicas usando programas informáticos (por ejemplo, PowerPoint) .742
USIC25 25. Sé comunicar en público los resultados y conclusiones .649 .347
USIC20 20. Sé redactar un documento (por ejemplo, un informe o un trabajo académico) .617 .420
USIC26 26. Manejo los diferentes estilos de citación .446 .545 .473
USIC21 21. Sé preparar una bibliografía de acuerdo con un estilo de citación .357 .395 .476 .322 .325
TROR14 14. Sé manejar programas estadísticos en el proceso de investigación .717
TROR22 22. Sé interpretar los resultados de la investigación (por ejemplo, gráficas y tablas) .329 .709
TROR02 2. Puedo manejar diferentes estrategias en el uso de la información .303 .516 .576
EFUN19 19. Utilizo la información, teniendo presente el respeto por los derechos de autor .822
EFUN18 18. Soy capaz de reconocer la estructuración de un texto .334 .406 .491
EFUN28 28. Conozco el código ético de mi ámbito académico/ profesional .389 .473
  • Fuente: elaboración propia.

Estructura del instrumento

El instrumento sobre habilidades informativas quedó integrado por 28 ítems, divididos en cinco dimensiones:

La dimensión necesidad de información se conformó de nueve ítems (7, 9, 5, 6, 12, 13, 8, 3 y 15), que corresponden a las declaraciones: "Soy capaz de identificar la información que necesito", "Tengo claro el objetivo cuando realizo una búsqueda", "Puedo consultar y usar fuentes electrónicas de información", "Sé discriminar entre los tipos de fuentes de información", "Sé identificar las ideas principales de los documentos", "Puedo evaluar la calidad de los recursos de información", "Sé utilizar fuentes de información impresa en el proceso de investigación (por ejemplo, los libros)", "Puedo definir el nivel de profundidad del contenido que deseo obtener", y "Puedo resumir y esquematizar la información".

La dimensión búsqueda y recuperación quedó representada por siete ítems (27, 10, 4, 16, 17, 1 y 11), que conciernen a las declaraciones: "Conozco y aplico la legislación sobre el uso de la información y de la propiedad intelectual", "Conozco la tipología de las fuentes de información científica (por ejemplo, tesis doctorales y actas de congresos)", "Sé cómo acceder y usar los catálogos automatizados", "Sé utilizar gestores de referencias bibliográficas (por ejemplo, Zotero, RefWorks, Citavi o Mendeley)", "Soy capaz de determinar si la información que contiene un recurso está actualizada", "Conozco la terminología del área de conocimiento en la que realizo la búsqueda de información", y "Conozco los autores o instituciones más relevantes en el ámbito del tema que investigo".

La dimensión uso de la información quedó constituida por seis ítems (24, 23, 25, 20, 26 y 21), referidos a las declaraciones: "Sé difundir apropiadamente la información en internet (por ejemplo, web, blogs o congresos)", "Sé hacer presentaciones académicas usando programas informáticos (por ejemplo, PowerPoint)", "Sé comunicar en público los resultados y conclusiones", "Sé redactar un documento (por ejemplo, un informe o un trabajo académico)", "Manejo los diferentes estilos de citación", y "Sé preparar una bibliografía de acuerdo con un estilo de citación".

La dimensión organización se conformó de tres ítems (14, 22 y 2), que corresponden a las declaraciones: "Sé manejar programas estadísticos en el proceso de investigación", "Sé interpretar los resultados de la investigación (por ejemplo, gráficas y tablas)", y "Puedo manejar diferentes estrategias en uso de información".

La dimensión evaluación de fuentes se integró de tres ítems (19, 18, y 28), relativos a las declaraciones: "Utilizo la información, teniendo presente el respeto por los derechos de autor", "Soy capaz de reconocer la estructuración de un texto", y "Conozco el código ético de mi ámbito académico/profesional".

Confiabilidad del instrumento

Una de las técnicas para medir la consistencia y coherencia del instrumento de habilidades informativas es el coeficiente alfa de Cronbach, cuyo valor indicó su grado de consistencia interna (α = .958). De acuerdo con Pérez (2004), el resultado muestra que el instrumento da evidencia de uniformidad. Según el mismo autor, los resultados para las dimensiones de necesidad de información (α = .836), búsqueda y recuperación (α = .811), evaluación de fuentes (α = .860), organización (α = .824) y uso de la información (α = .816) son considerados como aceptables y buenos.

DISCUSIÓN Y CONCLUSIÓN

Para la población de estudio considerada, así como para la muestra recogida, además de tomar en cuenta los diferentes análisis estadísticos, el repaso de la literatura y la opinión de expertos en la materia, el instrumento es altamente confiable para repetir su aplicación, con validez de contenido y de constructo, al medir las habilidades informativas de manera satisfactoria.

Al tomar como referencia los resultados del análisis cuantitativo y la intervención de los expertos, observamos un respaldo sólido de las cinco dimensiones que componen el instrumento propuesto. Finalmente, cabe señalar que este ofrece la posibilidad de valorar diferentes aspectos vitales relacionados con la formación de los usuarios, la oferta y el uso de los servicios bibliotecarios, así como las actividades de intervención que alfabetizarán a la comunidad universitaria.